El proyecto de ley presentado
para dignificar el ejercicio del Periodismo en Panamá genera el revuelo
esperado. El debate en distintos círculos se torna tan candente que ya parece
discusión entre fanáticos religiosos. Ahora los opositores a la ley aseguran
que el documento sería un instrumento para la censura debido a las funciones de
la junta técnica. En mi opinión, dependiendo de a quiénes se les otorgue esas
funciones todo es posible, no obstante, no sería nada nuevo.
Por eso hay que sacar a flote
varias realidades para enriquecer el debate, y el documento.
¿Quién cree que la censura no
existe actualmente? La peor censura a los periodistas es la que aplican todos
los días muchos dueños de medios y jefes sin ética cuando dicen: “no publiques
nada de eso”, caso reciente, la huelga en una cervecería que duró semanas y
todos sabemos porqué nada se publicó en la mayoría de medios masivos ¿o todos? Muchos
otros casos y voces se quedan sin espacio igualmente. De hecho, ellos —los
medios— igualmente deciden sin reglamento laboral si contratan a un profesional
graduado, a un estudiante de escaso un año universitario o a tantos usurpadores
que amparan sus intereses políticos y particulares —el cuento de “por el país”
es eso—. En éstos últimos está la razón real del proyecto.
¡Ah! También deciden los salarios
tipo “lo tomas o lo dejas, o busco otro sin problemas”. Con el tiempo, si ya no
les conviene o llega un jefe nuevo, decidirán la manera como lo despiden, casi
siempre después que el colega ha soportado las artimañas laborales aplicadas
para hacerlo renunciar.
Entiendo la preocupación de los
caricaturistas, como eso, caricaturistas, nunca escucho que son periodistas. Es
un talento nato muy distinto que añadió la prensa escrita para hacer opinión
gráfica jocosa, la cual solo surge del artista o una idea editorial. Considero entonces
que los gremios proponentes pueden incluirlos como excepción del proyecto.
ORDENAR Y TENER DERECHOS
Pero hay otras variantes
vinculadas que deben desgranarse: fotógrafos-camarógrafos… En Panamá conozco
pocos fotógrafos que además hagan sus notas periodísticas, a diferencia del
exterior donde sé que hay y hasta llegan a ser docentes universitarios por su
preparación.
Sin embargo, en televisión,
además de los usurpadores de cuello político, se dan casos de camarógrafos que
por falta de reporteros un día el medio los eleva a la pantalla, especialmente los
de cámaras callejeras. Esta es otra razón por la cual todas las profesiones
requieren regulaciones, incluso para que cada persona pueda defender sus
derechos y cumplir deberes.
Buen ejemplo nos da la medicina,
con tantas especialidades el médico es médico, la enfermera, enfermera… No
quiero decir con ello que me opongo a la superación personal-profesional, por
el contrario, la aplaudo, solo que el medio debe promulgar a sus talentos la
superación real (no solo seminarios) mediante las universidades. Si la excusa es la
falta de tiempo, significa probablemente que esa persona está vulnerada en sus
derechos laborales con jornadas extendidas fuera de las normas. O el peor de
los casos, debe tener dos-tres empleos para sobrevivir.
Que el documento puede tener
generalidades y elementos confusos es cierto, debe debatirse y mejorarse, por
su buen sentido, por el bien de la profesión, el bien común de las mayorías y, como
no, por la libertad de expresión de los periodistas. Mas no considero que deba
ser eliminado como algunos quieren.
CONTRADICCIONES
Respeto los criterios, pero leo
posturas tan denigrantes a la profesión como estas: “cualquiera que sepa
escribir o hablar puede ser periodista”; “no es necesario ir a una Universidad
porque cualquiera puede hacerlo”; y como siempre, que es un “atentado contra la
libertad de expresión” —esa misma que fue negada a los huelguistas de la
Cervecera y que el poder de las redes sociales denunció—.
Veamos, hace poco la prensa
nacional le cayó encima a un falso médico político ocupando un alto cargo
público. También ha pasado con jueces portadores de títulos brujos. Criticamos
a los "ninis" y los mandamos a estudiar, luego decimos que para el
periodismo no hay que prepararse ni lograr diplomas que a muchos le costó
sacrificios. Qué le dirán los graduados a sus hijos, “estudié por gusto”.
Leo a diario quejas de la
audiencia por fallas en los medios, incluso de periodistas de medios por la
usurpación descarada de la profesión, aquellos que de pronto tienen cintillos
de periodistas, pero se dedican a la política y otras profesiones. Ni siquiera
pueden ampararse en el talento, ni el empirismo porque esa época tuvo sus
buenas décadas.
Mientras hay quienes cómodamente denigran
la preparación académica superior, como si la profesión debiera depender de
“cualquiera”, para abaratar salarios y manipularla, no es casualidad que gran
cantidad de jóvenes sigan entrando a los salones universitarios por un mejor
futuro y por un Panamá justo sin corrupción. Muchos lo hacen en Comunicación
Social. ¿No tienen derecho a ganar salarios dignos y ser respetados por sus
esfuerzos? ¿O debemos continuar la era de los periodistas mal pagados? ¿No es
esa la más cruel de las censuras?