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miércoles, 29 de mayo de 2019

Instagram planea chasquido de corazones tras, ¿malas influencias?, hay millone$ que salvar

Tal parece que la idea equitativa de Thanos el villano de Avengers de borrar con un chasquido el 50% de los corazones para mejorar la vida del otro 50% viralizó al dueño de Instagram. No hay duda, pues tiene millones que poner a salvo de las malas, ¿influencias?
Pero, ¿se ha dicho toda la verdad?
Ya sabemos que los genios de Instagram ensayan en Canadá si vale la pena para ellos quitar los “like” públicos, los tan queridos corazones que clicamos a las fotos y vídeos que nos gustan. Solo el dueño de la cuenta vería el récord obtenido en cada publicación, lo cual es visto como una estocada al “poder” actual de los influencer. 
Para no alterar lo explicado por Instagram, no se ha dicho exactamente que busca neutralizar a los influencer, ni lo dirá, ni los ha mencionado siquiera. De antemano se sabe que es una decisión arriesgada para la red social, pues podría sacarse el corazón ella misma ya que en pocos años acaparó a millones de millones de usuarios de todo el mundo, en especial jóvenes insatisfechos con Facebook y Twitter, entre otras. Instagram podría perder usuarios y quizá empresas que prefieren a los influencer para promocionar sus productos o servicios.
Lo que se ha explicado es que tratan de corroborar la psiocología de sus usuarios o al menos mejorar las experiencias individuales de estos, puesto que según estudios en la rama tanto el amor por los “corazones” como la decepción por no obtenerlos estaría causando trastornos a las personas. A su vez se quiere potenciar el contenido publicado. Eso en resumen es la razón de las pruebas que hacen en Canadá para suprimir los “like-corazones” públicos.
Sin embargo, si bien es cierto que los corazones reales de los usuarios saltan de felicidad con los “me gusta” y también sufren cada vez que no obtienen ni un toquecito, y el afán puede llegar a ser obsesión (por no decir adicción),  a mí no me cuadra del todo el argumento de Instagram. ¿Por qué?
Antes de entrar a decir la razón que me resulta más creíble, quiero recordar que Instagram fue adquirida en 2012 por Mark Zuckerberg (el creador de Facebook) y no por unos cuantos dólares, sino por la exquisita suma de mil millones de dólares.
Instagram se perfilaba como una gran competidora contra Facebook y de hecho Twitter no le llegaba a los talones como tampoco lo ha podido hacer hasta ahora. Por eso el visionario Zuckerberg prefirió comprarla y sacarle “el jugo”, al igual que compró en otro episodio el popular servicio de mensajería instantánea Whatsapp, principal competidor del Messenger de Facebook, por el apetitoso valor de 20 mil millones de dólares.
Para no alargar, hasta ahora Instagram ha sido la compra más rentable. Actualmente ronda los mil millones de usuarios, y de estos 600 millones son usuarios activos en todo el mundo. Según la firma eMarketer (citado por elcomercio.pe) en el primer semestre 2018 Instagram generó ingresos por publicidad 5,48 mil millones de dólares solo en Estados Unidos, un 70% más que el año anterior. 

¿Cómo lo hizo Zuckerberg?

Sencillo: dentro de las mejoras a los usuarios Instagram adaptó la publicidad y las hizo amigables, o sea, poco o nada estorban a las personas. Sin entrar en detalles ya conocidos, sus robots trabajan 24/7 sin sueldo para identificar los gustos del individuo, quien ve solo publicidad de cosas que les gusta e interesa, al tiempo que las empresas o clientes que pagan a Instagram por promoción no gastan en estudios de mercados caros para captar potenciales consumidores y saben que su inversión publicitaria llega a quienes debe llegar.
Ahora bien, qué ha estado pasando hace unos años con los llamados “influencer - influenciadores”, simple, gran parte de esos millones de dólares en ganancia anuales de Zuckerberg se han estado escapando como agua de una tubería, cuyo chorro puede hacerse imparable.

¿Sabes cuánto gana o puede ganar un influencer con una publicación promo?

Vale explicar primero que estas ganancias de las redes es lo mismo que se disputan hace mucho los medios masivos: prensa escrita, radioemisoras, canales de TV, servicios cableTV, cine e inclusive agencias publicitarias. 
Esta competencia tiene siglos de historia. La resumo: Los periódicos (sucesores de los antiguos pregoneros o voceros de hechos importantes) aparecieron en América con mayor perodicidad a principio del siglo XIX, ya fuese cada tres meses, un mes, quincenal, semanal y después diario. Así dieron a la publicidad el campo fértil: un mercado numeroso y publicaciones frecuentes, donde esta se fortaleció hasta nuestros días. 
Lo que ocurrió después es que aparecieron las radioemisoras, las televisoras y el cine, y cada uno descontó al primero su reinado y dividió más y más el pastel de las ganancias publicitarias y las propagandísticas. 

Lee también: La publicidad cae en las redes del 'me gusta' y deja a los viejos... medios

Ahora sí, volvamos a Instagram y los influencer. Es bien sabido que la redes, incluida Instagram, son un negocio que genera ingresos súper millonarios mediante la publicidad. Este negocio es directo: entre la red y anunciante, sin pasar por intermediarios, caso de las agencias publicitarias o de mercadeo igual golpeadas, aunque ya se reinventan para ofrecer listas de influencer adecuados a las marcas e intereses empresariales, al tiempo que surgen nuevas solo para manejar influencer.

Ganancias diarias superiores al salario mínimo y a los sueldos de titulados universitarios

Captura de #influencer en Instagram.

Primero, es falso que Instagram pague a los influencer por tener seguidores. El dinero está en la publicidad (añado la propaganda, lo no comercial, la cual vimos en la campaña política este año en Panamá). 
Segundo, según explica la influencer panameña Carla en su blog carlicas.com, todo depende de los seguidores que tiene cada influenciador. Por consiguiente quienes tienen de 50 a 100 mil seguidores cobran hasta $250 por una publicación publicitaria. 
La tarifa por cada promo aumenta para los que superan 100 mil seguidores y así sucesivamente en escala de cientos de miles de seguidores: $500, $1000, $5000, hasta alcanzar la cima de la escala, aquellos que tienen millones de seguidores cobran hasta 10 mil dólares por promoción. Eso, fuera de canjes o patrocinios. Por supuesto, los influencer deben tener cantidad de seguidores parecidos en sus blogs y canales como YouTube. 

Ahora bien, qué más sucede en este negocio, pues que las empresas anunciantes no necesariamente requieren intermediarios (aunque esto evoluciona con las agencias). Mejor dicho, los influencer en principio no tienen jefes ni amarres en el medio, muchos prefieren seguir siendo sus propias empresas y ni siquiera en este caso Instagram recibe comisiones por estas promociones. Cada influencer es una célula que no necesitaría en sí pertenecer a una agencia. Siendo más bien negocio independiente tampoco pagan impuestos y, lo mejor, la red en lo estándar es gratis para ellos.
Y aquí está el inmenso problema, porque Instagram, más bien Mark Zuckerberg, está recibiendo de su propio jarabe amargo, (el que le dieron a beber las redes a los medios viejos) y la publicidad en la red tiene hoy un gran competidor dentro de la misma plataforma. Gente haciendo mucho dinero con tu negocio, ¿tú qué harías?
De hecho, según cita Merca20 la proyección de InfluencerDB para este 2019 indica que solo dentro de Instagram el valor del influencer marketing espera “inversiones” por el orden de $7 mil millones; mientras que la de Statista advierte que la mayor tendencia en marketing será el uso de los influencer “en todas las actividades de mercadotecnia”.

Quitar el corazón, los me gusta, tiene después de todo un porqué valiosísimo, ¿o no? Y para verlos aumentar en Instagram, como ya lo hizo Facebook sutilmente, tendrías que pagar a la red la publicidad donde aparecerán los “like” que tanto gustan. 
Pero siendo realista, aun si se diera el chasquido anti corazones públicos no sería suficiente contra los influencer, debido a que les quedará visible el récord de seguidores y solo deben adaptarse y mantener cautivos a sus anunvcantes. ¿Estará Instagram pensándolo?

Lee también: La publicidad cae en las redes del 'me gusta' y deja a los viejos... medios


La publicidad cae en las redes del 'me gusta' y deja a los viejos... medios

Cuando era estudiante de bachillerato tuve un profesor consejero que siempre nos decía en clases que la repetición de las palabras es un arma poderosa, que por ejemplo, si un hombre le dice cuántas veces sea posible a una mujer que "la quiere", aunque ella no le crea y no guste de él por muy feo, ella terminaría cayendo enamorada.
Ese mismo año lo corroboré y al tiempo entendí que la publicidad, tanto como la música, se valen de esa poderosa técnica: la repetición, incluso de la historia.
Aunque este artículo no aborda sobre las técnicas de la publicidad y su madre la propaganda (política e ideológica), vale la analogía debido a que también estas, publicidad y propaganda, en sí podría decirse que se enamoran y repiten la misma historia una y otra vez.
Para no repetir usaré publicidad para referir ambas, y me centraré en cómo desde hace siglos ha venido cambiándose de medio a medio hasta nuestros días.

Los diarios están más afectados en la división del pastel publicitario. Cae las ventas diarias. Foto: laggon19

Esto porque hace algún tiempo la publicidad ha caído en las redes sociales y se ha ido agarrada de manos a darle su gran pastel, casi toda su dulce ganancia. Le ha dado así la espalda casi por completo a su relación con los viejos medios de comunicación social. Más aportar cifras que sabemos son millonarias la pregunta es: ¿se quedará quieta?, no lo creo, su estilo es siempre cambiante y nada de esto es su culpa. Es su naturaleza.
Nada más daré una cifra como idea de la magnitud millonaria: solo la red Facebook factura en concepto de publicidad anual unos $40 mil millones provenientes de casi todo el mundo porque la competencia ahora es global. Imagine Google que duplica ese monto y las demás redes populares.
Vale precisar entonces que las ganancias de las redes es lo mismo que se disputaban hace mucho los medios masivos: prensa escrita, radioemisoras, canales de TV, servicios cableTV, cine e inclusive agencias publicitarias. Era en cambio una competencia aislada en cada nación.
Esta competencia no tan amorosa tiene siglos de historia y debemos recordarla ante la crisis de los viejos medios.
Los periódicos (sucesores de los antiguos pregoneros o voceros de hechos importantes) aparecieron en América con mayor perodicidad a principio del siglo XIX, ya fuese trimestral, mesual, quincenal, semanal y después diario. Estos medios de papel dieron a la publicidad el campo fértil: un mercado numeroso y publicaciones frecuentes, donde esta se fortaleció hasta nuestros días.
Durante muchos años años los periódicos de papel reinaron solitarios para la publicidad, incluso para la
propaganda política e ideológica.
No obstante, para 1920 surgieron las primeras transmisiones de radioemisoras y empezó a partirse el pastel de los anuncios en todos los países, si bien siguió creciendo.
En 1927 en Inglaterra y durante 1930 en Estados Unidos nacen las emisiones públicas de televisión. Posteriormente lo hace el cine y la TVcable que proliferaron y hoy día insertan mucha publicidad.
Tiempo después, a mediados de los 90, se dio alcance público a otro poderoso medio con amplitud global: Internet, el cual trajo consigo otra gran batalla por las ganancias publicitarias. El poder mediático estaba de pronto en manos del público, empresas y entidades al crear fácil sus propios sitios digitales. Al mismo tiempo, junto al Internet comercial, los usuarios adquirían teléfonos celulares 1G, cuyo antecesor, el beeperhabía abonado el terreno dando grandes ganancias a sus proveedores. Tardaría poco en tener conexión Internet para los usuarios.
En 1997 aparece el prototipo de red social Six Degrees y con el perfeccionamiento de la web 2.0 surgieron los conocidos blogs independientes (los primeros influencer digitales). El pastel de la publicidad tomaría rumbo y el impacto sería mundial.
Más redes sociales nacieron en los primeros años del nuevo milenio, se fortalecieron y atraparon sin uso de la fuerza el mundo.
Es en este punto donde la publicidad de los primeros medios: prensa escrita, radioemisoras, canales de televisión, principalmente, perdieron la porción grande del pastel publicitario; si el público está en las redes, y adicional en Google, las empresas e instituciones que pagan por los anuncios por lógica debían sincronizarse y lo así hicieron. De paso, la competencia por anuncios dejó de ser local o nacional, pasó a ser global.

Diarios en Panamá sufren la peor de las crisis de rentabilidad.

Por eso en Panamá y muchos países no solo los diarios y las radioemisoras sufren cada vez más de menos anunciantes y altos gastos de producción, algo que hace rato enfrentaban entre ellos y contra la televisión; y más actual, ahora hasta los canales de TV sufren la falta de anunciantes y de televidentes como pasa con los lectores de periódicos en extinción y los escasos oyentes de radioemisoras, volcados a las redes. Los canales de TV locales han tenido que promocionar estudios de "efectividad" con datos sobre supuesto aumento de la audiencia y de las horas que las personas ven la TV, para tratar de atraer anunciantes...
Y cabe indicar que aun habiendo trasladado estos medios convencionales su presencia al Internet, con versiones digitales propias, las redes sociales acapararon el grueso de los anunciantes.¿Por qué?
Porque poquitos usuarios entran a una web informativa a leer noticias, y porque sortean descargarse las app de estos por diferentes razones. Navegar una web puede ser incómodo y complicado, toma tiempo, algo así como sentarse exclusivo a leer el periódico de papel y doblarlo o deshijarlo... entretanto, las nuevas generaciones saben que en las redes hallan a un clic lo que quieren con los hashtag (#)... Si vemos las calles y hasta las oficinas u hogares ya casi no hay personas con periódicos bajo el brazo; ni siquiera los periquitos enjaulados los usan para leer y pasar el tiempo.
Para enfrentar lo anterior, los informativos web de los medios viejos saturan las redes pegándoles sus URL publicados, aunque son pocos usuarios los que pinchan algún título si no les interesa. Ante tal desconcierto los medios convencionales, reyes destronados de las mieles de los anuncios, hoy pagan publicidad a las redes sociales para promocionar lo que ellos publican y así dar algún tráfico a sus sitios. Ironías de la vida, ¿o no?
En definitiva, la publicidad siempre se quedará con el que está de moda, con lo más nuevo y ahora ya está repitiendo la historia: de las redes está saltando a las manos de los llamados influencer. Con ellos quieren bailar sus millones.  ¿Qué tal? Pero esta parte de la novela la abordaremos en la próxima entrega: Instagram planea chasquido de corazones tras, ¿malas infliencias?, hay millone$ que salvar




martes, 29 de noviembre de 2016

Periódicos de anteayer: el histórico viernes negro

¿Y en Cuba no pasó nada? Hay que registrarlo para la historia

La víspera del nuevo milenio, latente ahora, trajo otro rival feroz a los diarios impresos, el Internet, y de paso la comunicación móvil a partir del teléfono celular. Vivimos la era de la información digital-inalámbrica, donde las personas no tienen que ir a comprar el diario, ni sintonizar noticias, sino que ellas llegan instantáneamente a nuestros bolsillos, a los carterones de mujeres, principalmente mediante las redes sociales que conectan a miles de millones de usuarios en el mundo.

“Fidel Castro ha muerto a los 90 años”

Un comunicado leído en un video de la TV cubana por su hermano y actual presidente de la isla, Raúl Castro, se convirtió rápidamente en la noticia mundial después de las once de la noche del 25 de noviembre de 2016, Día de Acción de Gracias en EEUU. Las cadenas de televisión internacional CNN y BBC se activaron en programación permanente confirmando el hecho y reportando episodios de la vida del líder revolucionario que desafió el sistema de Estados Unidos.

En Panamá, a eso de las doce medianoche la TV local permanecía dormida. No obstante, tres medios informativos digitales tenían ya en sus ediciones el deceso de Castro, cuyos avances habían inundado las redes sociales después de aquel comunicado.
 Al salir el sol del sábado 26 de noviembre de 2016, las portadas de los diarios nacionales repetían la realidad del “viernes negro”, conocida ya digitalmente por la mayoría, menos el suceso más importante ocurrido a las 10:29 p.m., por coincidencia, sin diferencia horaria con respecto a Panamá. El no tan sorpresivo fallecimiento de Fidel Castro destacó por su ausencia en las ediciones de los diarios panameños, mientras en todas partes se comentaba la muerte.

Y luego de al menos 30 horas del hecho, al salir el sol del domingo 27, día de descanso –para levantarse tarde y olvidar los tranques de rutina que agobian la población–, los diarios impresos de Panamá ocuparon sus portadas con títulos disimulados sobre Fidel Castro. Pero otra vez, aunque muchos rebuscaron qué publicar, para que no supiera a “información vieja”, fue difícil, por no decir nada, encontrar algo que no se hubiera dicho o publicado en los digitales, la TV y la radio.

Debo indicar que de los tres digitales que tenían la muerte de Fidel en sus ediciones, transcurrido poco desde su anuncio, dos son versión de diarios impresos: La Estrella de Panamá y La Prensa. El tercero, Noticias7Días, un nuevo medio informativo digital autóctono.

¿Por qué fue así? Los diarios de papel hubieran tenido que romper portadas tarde, o hacer una segunda e insertarla sobre la primera, para poder registrar el hecho histórico en sus ediciones, lo cual supone no solo tiempo e inconvenientes al tener que volver a la sala de redacción, sino también altos costos a un medio cuya rentabilidad y publicidad diaria es muy escasa. 
Podían hacerlo. SÍ. En 1997, cuando el Internet ganaba terreno en Panamá y surgía también el celular comercialmente, se dio un caso muy parecido. Fue el 31 de agosto de ese año, cuando la muerte de la princesa Diana, en un accidente en París, sorprendió a todos. El hecho ocurrió casi a la misma hora que la de Fidel en el caso horario de Panamá, y la mayoría de periódicos locales rompió portadas para desplegarlo al día siguiente como se puede verificar en las hemerotecas.

La realidad de hoy
Ahora hay otra realidad. Las web informativas, por el avance tecnológico, permiten a los editores y periodistas actualizar el contenido desde sus propias casas, o el lugar de los hechos, usando inclusive solo un celular, acostado en la cama –mientras se miran los despachos internacionales al minuto–, o parado en la calle observando lo que pasa.


Entonces, no hay duda, vale la pena registrar este histórico “viernes negro”, cuando los periódicos volvieron a tener cara de 'anteayer'. Y a la vez preguntarnos: ¿El tiempo y la tecnología ha dejado atrás el diario de papel? Murió Fidel y con él hay que declarar muerta nuestra prensa escrita? Este es el gran debate del periodismo moderno mundial…  

Tema relacionado: El decadente reinado de papel



El decadente reinado de papel

Quienes conocen de historia panameña lo saben. Hubo un tiempo en que la población esperaba con ansias la salida del periódico para enterarse de lo último, lo más importante. Por ejemplo, cuando se lee los inicios de La Estrella de Panamá (1849  The Panama Star – 1853 en castellano), es claro que desde antes del surgimiento de sus ediciones, las publicaciones existentes se imprimían de tiempo en tiempo. 

Es decir, si algo hay que darle crédito a la competencia del Star con su rival The Herald, fue la decisión de salir diariamente (1852  – Panama Daily Star), para ser los primeros en divulgar los hechos importantes.

Sin embargo, enterarse de lo que ocurría en otros países, en medio de acontecimientos como la fiebre del oro de California en Estados Unidos, seguiría siendo objeto de cálculos y esperas, durante mucho tiempo. Los pueblerinos debían esperar a que lleguase a puerto panameño algún vapor de pasajeros proveniente de aquellos lugares, en el cual alguien traería al menos un periódico de esos sitios lejanos.

La historia de la prensa escrita cuenta que los impresos con sus noticias reinaron durante largas épocas, y fue durante el centenio siguiente (1900), cuando le aparecieron dos duros competidores: la radio y la televisión, ambos medios de comunicación social con naturalezas muy distintas al papel, sonido instantáneo e imágenes en movimiento real. Incluso, los eruditos vaticinaron la extinción de los diarios. 

Pero la prensa escrita supo reinventarse, fortaleciendo sus contenidos más allá de la simple noticia y sacando provecho a sus ventajas; entre ellas, el despliegue de espacios tangibles  –no fugaz como sus rivales auidovisuales–, la creatividad a través de nuevos géneros periodísticos, y, sobre todo, la profundización de los hechos importantes para registrar la historia.


Evidentemente, si el avance tecnológico fue enemigo por un lado, por el otro también ha sido un gran aliado para la prensa de papel, logrando reducir el proceso de imprisión en más de un 50% después del mecanismo de Gutenberg. 

Sin embargo, tras la muerte de Fidel Castro, y la ausencia de este hecho histórico en las portadas del día posterior (Sábado 26 de noviembre de 2016), parece que es momento de dejar la piel vieja y la tinta, para seguir en la digital inalámbrica nueva. 

Tema relacionado: Los periódicos de anteayer, el día después del histórico viernes negro


lunes, 8 de agosto de 2016

Pequeño gigante: El beeper, evolución y extinción

Un aparato pequeño que hizo sentir grande a mucha gente. El beeper para el periodismo fue un gran aliado y en Panamá tuvo sus años sublimes, dejando huellas imborrables por ser el pionero de la era inalámbrica masiva.
Hace rato no veo a nadie con dicho dispositivo horquillado en la cintura, por lo que vale la pena honrarlo con una breve publicación, la cual seguramente servirá a quienes siguen de cerca la evolución de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.

Fue durante los primeros años de la década de los noventa cuando directores y jefes de las redacciones de periódicos, radioemisoras y televisoras locales aprovecharon la idea de asignar beeper a sus reporteros y periodistas.

Dicho dispositivo pequeño se había hecho útil, especialmente para profesionales como los médicos (y algunos reporteros y fotógrafos) a finales de los 80 en Panamá.

Funcionaba así: la persona interesada en mandar un mensaje o localizar urgente a alguien, marcaba un número de teléfono a una operadora de la compañía de servicio (localizador de personas) y el portador lo recibía en su aparatito, donde estuviera, casi de inmediato.

Era como tener una secretaria a disposición 24/7, y, evidentemente, el servicio tenía su costo. Luego, en los 90, las compañías que brindaban el servicio y las desarrolladoras de tecnologías que fueron perfeccionando el beeper, transformaron los mensajes enviando la propia voz grabada del interesado(a). El portador escuchaba la grabación de quien lo llamaba casi en segundos, aunque rápidamente los tecnólogos y operadores del servicio se dieron cuenta que dicha innovación (sin secretaria en medio), había traído situaciones “no queridas” para los clientes.

De tal manera, después —para mayor privacidad—, durante mediados de los 90 los mensajes fueron transformados a texto con alertas de sonido y vibración (antecesor de la mensajería instantánea móvil de ahora). Claro, este fue el fenómeno cuya popularidad se hizo cada vez más comercial y los usuarios(as) no necesariamente tenían que pertenecer a profesiones 24/7. De hecho ni siquiera había que tener una para portar su fabuloso beeper en la cintura, y lucirlo con estilo, ego, moda, o como se quisiera, porque todo el mundo es importante.


Y como todo lo bueno tiene su final, y si no se evoluciona es desplazado por otra innovación, la extinción de esta tecnología de la comunicación empezó a darse paralela con la aparición fenomenal del celular. En nuestro Istmo, entre 1996 a 1999, especialmente los dos últimos años de esta década de transformaciones.

Otros títulos:


Retrospectiva de las nuevas tecnologías en medios panameños I

viernes, 11 de marzo de 2016

El frío ciberperiodismo en Panamá


¿Será que hacer periodismo web significa simplemente repetir o tomar lo que ya circula en la red?, o en el peor de los casos, ¿lo que informa la televisión y las radioemisoras?
Ciberdiarios Panamá: errores en títulos y repeticiones.




Creo que no soy el único que se hace las preguntas. Y tampoco el único que se ha dado respuestas después de darle vueltas, averiguar, conversar con otros colegas y leer estudios recientes o viejos sobre el periodismo web, su historia, sus avances y el estado actual.

He llegado a pensar incluso que los avances tecnológicos, si bien son aliados del periodismo desde sus orígenes, también tienen efectos dañinos a este oficio, cuya característica siempre ha sido luchar contra el tiempo y los desafíos cada minuto. Entonces uno se cuestiona: ¿será la herramienta o la mano?,  ¿falla el arma o quien la usa?

En mi respuesta definitivamente no es la tecnología la que falla. Los hechos, a pesar de los avances, seguirán ocurriendo en las calles, en las oficinas gubernamentales, privadas, gremiales… Por ende, el buen periodismo se hará siempre cara a cara. Las demás conexiones (redes sociales, páginas institucionales, llamadas telefónicas, comunicados) deben ser utilizadas como recursos de apoyo, siempre sujetos a verificación, mas no como proveedores principales o fuentes primarias de información, tal como está ocurriendo en las salas de redacción web donde hasta se les llama “primicias”.
PERIODISMO HELADO
El periodismo digital panameño continúa refrigerado, congelado, entre paredes y pantallas. Lo sabemos por su condición “siamés” como hemos indicado en nuestros post anteriores.
Lo ratifican investigaciones académicas nacionales en concordancia con publicaciones internacionales. La más reciente, y que aprovechamos para aplaudir, es la del profesor Ramón Salaverría:  Ciberperiodismo en Iberoamérica, lanzada en febrero pasado.
La hemos leído con detenimiento y vale compartir para quienes no, algunas de las acotaciones de éste investigador como coordinador de los colaboradores en 22 países iberoamericanos, incluida Panamá.
“Gran parte de los periodistas digitales de Iberoamérica siguen siendo en 2015 profesionales de perfil bajo: jóvenes sin apenas experiencia periodística, dedicados a tareas muy mecanizadas y, con frecuencia, mal pagados. En este modelo editorial, el ciberperiodismo se torna una manufactura repetitiva, sin apenas valor añadido y poco motivadora. En la práctica, una cadena de montaje. Los periodistas digitales que encajan en este molde casi nunca pisan la calle y su trabajo consiste en nutrir sin cesar su web con contenidos elaborados a partir de informaciones de su medio matriz, noticias de agencia o refritos de las redes sociales. Ciertamente, a poco más pueden aspirar, cuando el número de periodistas disponibles para el medio digital apenas si alcanza muchas veces para cubrir los turnos de guardia en la actualización de noticias.”
DEVERSIFICACIÓN Y PROFESIONALIZACIÓN
Por nuestra experiencia dentro de distintos medios convencionales y digitales, por las charlas de rutina con otros colegas, los estudios u observaciones académicas que desarrollamos y/o guiamos, sabemos que en lo anterior se ubican claramente los medios digitales panameños.
Y mientras así estamos acá, el autor ve mejores tendencias en otros países, los cuales sirven de modelo: “Por fortuna, sin embargo, el panorama no se agota ahí. Como también se pone de manifiesto en las páginas de este libro, el proceso de diversificación y profesionalización de los periodistas digitales avanza con paso firme, especialmente en los medios de mayor envergadura. En estos, las redacciones de Internet comienzan a contar con un número considerable de profesionales; en los medios digitales más grandes, rondan el centenar. Pero, más allá del número creciente, lo más importante es su diversidad: hay redactores de continuidad informativa, reporteros multimedia, editores de medios sociales, diseñadores digitales, infografistas interactivos, productores de video para la web, analistas de audiencias, editores para dispositivos móviles... La lista de perfiles profesionales aumenta a medida que el periodismo digital se extiende y consolida."

La historia del periodismo web en nuestro país coincide en su inicio con la mayoría de las naciones iberoamericanas. El punto de partida fue el año 1995. En el siguiente post daré, a manera de aporte, las fechas que manejo sobre los primeros diarios impresos locales que lanzaron sus versiones a Internet, y las fuentes directas que entrevistamos en aquellos años a bien de realizar nuestra tesis para la licenciatura de Periodismo (1999).


Ciberdiarios Panamá: Noticia con errores.

martes, 4 de agosto de 2015

Hablando de censura…

El proyecto de ley presentado para dignificar el ejercicio del Periodismo en Panamá genera el revuelo esperado. El debate en distintos círculos se torna tan candente que ya parece discusión entre fanáticos religiosos. Ahora los opositores a la ley aseguran que el documento sería un instrumento para la censura debido a las funciones de la junta técnica. En mi opinión, dependiendo de a quiénes se les otorgue esas funciones todo es posible, no obstante, no sería nada nuevo.

Por eso hay que sacar a flote varias realidades para enriquecer el debate, y el documento.

¿Quién cree que la censura no existe actualmente? La peor censura a los periodistas es la que aplican todos los días muchos dueños de medios y jefes sin ética cuando dicen: “no publiques nada de eso”, caso reciente, la huelga en una cervecería que duró semanas y todos sabemos porqué nada se publicó en la mayoría de medios masivos ¿o todos? Muchos otros casos y voces se quedan sin espacio igualmente. De hecho, ellos —los medios— igualmente deciden sin reglamento laboral si contratan a un profesional graduado, a un estudiante de escaso un año universitario o a tantos usurpadores que amparan sus intereses políticos y particulares —el cuento de “por el país” es eso—. En éstos últimos está la razón real del proyecto.
¡Ah! También deciden los salarios tipo “lo tomas o lo dejas, o busco otro sin problemas”. Con el tiempo, si ya no les conviene o llega un jefe nuevo, decidirán la manera como lo despiden, casi siempre después que el colega ha soportado las artimañas laborales aplicadas para hacerlo renunciar.
Entiendo la preocupación de los caricaturistas, como eso, caricaturistas, nunca escucho que son periodistas. Es un talento nato muy distinto que añadió la prensa escrita para hacer opinión gráfica jocosa, la cual solo surge del artista o una idea editorial. Considero entonces que los gremios proponentes pueden incluirlos como excepción del proyecto.

ORDENAR Y TENER DERECHOS
Pero hay otras variantes vinculadas que deben desgranarse: fotógrafos-camarógrafos… En Panamá conozco pocos fotógrafos que además hagan sus notas periodísticas, a diferencia del exterior donde sé que hay y hasta llegan a ser docentes universitarios por su preparación.
Sin embargo, en televisión, además de los usurpadores de cuello político, se dan casos de camarógrafos que por falta de reporteros un día el medio los eleva a la pantalla, especialmente los de cámaras callejeras. Esta es otra razón por la cual todas las profesiones requieren regulaciones, incluso para que cada persona pueda defender sus derechos y cumplir deberes.
Buen ejemplo nos da la medicina, con tantas especialidades el médico es médico, la enfermera, enfermera… No quiero decir con ello que me opongo a la superación personal-profesional, por el contrario, la aplaudo, solo que el medio debe promulgar a sus talentos la superación real (no solo seminarios) mediante las universidades. Si la excusa es la falta de tiempo, significa probablemente que esa persona está vulnerada en sus derechos laborales con jornadas extendidas fuera de las normas. O el peor de los casos, debe tener dos-tres empleos para sobrevivir.

Que el documento puede tener generalidades y elementos confusos es cierto, debe debatirse y mejorarse, por su buen sentido, por el bien de la profesión, el bien común de las mayorías y, como no, por la libertad de expresión de los periodistas. Mas no considero que deba ser eliminado como algunos quieren.

CONTRADICCIONES
Respeto los criterios, pero leo posturas tan denigrantes a la profesión como estas: “cualquiera que sepa escribir o hablar puede ser periodista”; “no es necesario ir a una Universidad porque cualquiera puede hacerlo”; y como siempre, que es un “atentado contra la libertad de expresión” —esa misma que fue negada a los huelguistas de la Cervecera y que el poder de las redes sociales denunció—.

Veamos, hace poco la prensa nacional le cayó encima a un falso médico político ocupando un alto cargo público. También ha pasado con jueces portadores de títulos brujos. Criticamos a los "ninis" y los mandamos a estudiar, luego decimos que para el periodismo no hay que prepararse ni lograr diplomas que a muchos le costó sacrificios. Qué le dirán los graduados a sus hijos, “estudié por gusto”.

Leo a diario quejas de la audiencia por fallas en los medios, incluso de periodistas de medios por la usurpación descarada de la profesión, aquellos que de pronto tienen cintillos de periodistas, pero se dedican a la política y otras profesiones. Ni siquiera pueden ampararse en el talento, ni el empirismo porque esa época tuvo sus buenas décadas.


Mientras hay quienes cómodamente denigran la preparación académica superior, como si la profesión debiera depender de “cualquiera”, para abaratar salarios y manipularla, no es casualidad que gran cantidad de jóvenes sigan entrando a los salones universitarios por un mejor futuro y por un Panamá justo sin corrupción. Muchos lo hacen en Comunicación Social. ¿No tienen derecho a ganar salarios dignos y ser respetados por sus esfuerzos? ¿O debemos continuar la era de los periodistas mal pagados? ¿No es esa la más cruel de las censuras?